Mientras el frío se cuela en mis huesos
con la mente perdida en alguna oscura esquina
donde no hay calor, ni una luz escondida
solo risas fingidas, un timbre
y varias despedidas
un largo camino a casa
con mucha soledad
así es mi rutina
pero los cojines alineados
la cocina impecable
los adornos en la pared
el dormitorio acogedor
la cama inmensa
con dos veladores y sus libros
tú aroma impregnado
en cada rincón de la casa
me dice que no te has ido
entonces me acuesto
en el piso maderado
donde se dibuja el sol en la tarde
desde donde se ve tu retrato
tu clóset entreabierto
y me pongo a contar los segundos
que se duermen, se desmayan
se silencian, se oscurecen
hasta que los sonidos de la puerta
en su abrir y cerrar,
y tus pasos que corren
por el pasillo al encuentro
donde nos abrazamos
justo cuando el sol se esconde
el trinar de una ave se calla
y el canto del grillo se enciende
entonces ya no tengo miedo
ya no tengo frío
ya no estoy solo
parece que la rutina nos asesina,
pero ya espero el día de mañana… para encontrarnos…otra vez.
No hay comentarios:
Publicar un comentario